El útero humano es un órgano hueco con forma de pera, localizado en la pelvis entre la vejiga y el recto. En una mujer nulípara, pesa entre 30 y 40 gramos. Su luz, que también es aplanada, está en continuidad con la de las trompas uterinas y la de la vagina. El útero se divide en cuerpo, la porción superior que contiene el fondo uterino, y cuello uterino o cérvix, la porción inferior que se proyecta hacia la vagina.
La pared uterina está compuesta por tres capas:
Endometrio: revestimiento mucoso del útero
Miometrio: capa de músculo liso
Perimetrio: una capa serosa derivada del peritoneo visceral.
El endometrio está revestido por un epitelio cilíndrico simple que se invagina hacia la lámina propia subyacente para formar las glándulas uterinas. Está compuesto por un estrato basal y un estrato funcional, este último sufre cambios cíclicos en respuesta a las concentraciones fluctuantes de estrógenos y progesterona durante el ciclo menstrual.
- Fase proliferativa: influenciada por los estrógenos producidos por los folículos en crecimiento, se regenera el estrato funcional desde el basal y el epitelio superficial prolifera (cilíndrico simple).
- Fase secretora: Determinada por la progesterona secretada por el cuerpo lúteo, el estrato funcional prolifera aún más y las glándulas se vuelven tortuosas y ramificadas.
- Fase menstrual: Cuando no ocurre implantación, se produce isquemia, necrosis y posterior desprendimiento del estrato funcional.
El endometrio del cuello uterino difiere del del cuerpo del útero ya que no se desprende durante la menstruación, pero las glándulas cervicales modifican la viscosidad del moco secretado a lo largo del ciclo menstrual.
Recorre las muestras de ÚTERO CON ENDOMETRIO PROLIFERATIVO y de ÚTERO CON ENDOMETRIO SECRETOR